La situaciones de crisis producen muchos fenómenos y sacan a la luz tanto las debilidades como las fortalezas de las personas, de las organizaciones y de la sociedad en general.

Por eso vamos a tratar de analizar algunos aspectos que se convierten en fundamentales a la hora de abordar situaciones de crisis, como la crisis sanitaria que estamos atravesando en estos momentos.

Para ello, vamos a reflexionar sobre el liderazgo, la gestión de recursos humanos y la gestión de recursos materiales. Esta semana nos centraremos en el liderazgo.

Existen muchas teorías de liderazgo al igual que son muchas las personas que han escrito sobre liderazgo, pero son dos las teorías a las que nos debemos aproximar en este momento como son las teorías de liderazgo situacional y las teorías de liderazgo transformacional.

No es lo mismo una organización sanitaria en un tiempo de crisis e inestabilidad donde todos los principios y los procesos sufren una convulsión, que los tiempos de mayor estabilidad. Es en este momento donde más se evidencian las debilidades de las gestoras enfermeras en su capacidad para liderar las crisis y la necesidad de desarrollar competencias. Fueron Paul Hersey y Ken Blanchard los primeros en llamar nuestra atención sobre las distintas situaciones de las organizaciones y las empresas. Según estas situaciones, las gestoras enfermeras deben centrarse en desarrollar unos u otros estilos de liderazgo, siempre bajo la consideración del grado de madurez de la organización, los colaboradores y los distintos grupos de trabajo.

Aquí es donde el trabajo previo de identificación con la organización y con los objetivos será clave, para llegado un momento de crisis los equipos de trabajo posean la madurez suficiente para poder conducir la organización con flexibilidad. En caso contrario, la falta de confianza y compromiso en este momento deberá ser abordada mediante estrategias que acerquen el foco a las personas escuchándolas y considerando sus necesidades.

En este sentido, nos hemos encontrado con gestores que han cambiado sin la consideración personal turnos de trabajo hasta incluso vía whatsapp, esto no hace más que agudizar el desencanto, la falta de rendimiento y la perdida de identificación con la organización, que es verdad que para perder la identificación con el paciente hace falta algo más que un mal gestor.

El liderazgo situacional nos dirige a cuatro escenarios distintos en función del nivel de desarrollo de las enfermeras. Incluso en distintos momentos o ante distintas situaciones habrá que variar estos estilos con flexibilidad para mantener o mejorar el grado de compromiso. Los estilos serán:

El estilo directivo. En el que la gestora enfermera debe mostrar una alta preocupación por la tarea. En este tiempo “Covid” la preocupación por la tarea y los cumplimientos de los procesos es clave para alcanzar los objetivos.

El estilo persuasivo. Aunque el líder sigue marcando la tarea permite al grupo realizar e incorporar feedback, bien puede ser entendido cuando la alta dirección de las organizaciones debe escuchar a las gestoras de nivel operativo acerca de una gestión cercana, con consideración individualizada (llamamos la atención porque esta es una característica del liderazgo transformacional), teniendo en cuenta las necesidades en una triple dirección, enfermera, paciente, organización.

Estilo participativo. Según ha avanzado el tiempo “covid” los líderes han debido escuchar y dejar la toma de decisiones cercana a los profesionales de primera línea, conociendo sus demandas, preocupaciones y necesidades.

Estilo delegador. Es un estilo que empodera directamente a los grupos de enfermeras. Es fácil de entender, que tres meses después de tener equipos de enfermeras al frente de la gestión del Covid, ellas son las que conocen profundamente la gestión del cuidado, de los recursos materiales y humanos, pues que mejor que realizar una toma de decisiones compartida y hasta delegada.

Bien podríamos argumentar algunas razones más para el desarrollo de competencias en el entorno del liderazgo situacional y el manejo de estos cuatro estilos con flexibilidad y cambio, casi en ocasiones hasta diario. Algunas otras razones además de la flexibilidad para adoptar estilos de liderazgo situacional son:

La adaptabilidad, permitiendo la anticipación, gestión del cambio y los imprevistos. El líder situacional adapta y moldea su comportamiento según las circunstancias y los acontecimientos diarios. 

Personalización racional y emocional. Característica cercana al liderazgo transformador, donde el líder se ajusta en cada momento con conductas más directivas o más delegadoras a cada situación.

 Motivación y superación. Mediante la flexibilidad y adaptación continua a las circunstancias de cada momento que se vive, dirigiendo al equipo cuando es preciso un referente capaz de tomar decisiones y de dar pasos adelante cuando se necesita, y capaz de delegar o compartir cuando es preciso, no hace sino mejorar la motivación el espíritu de superación, la identificación con la tarea y con las necesidades de la organización.

Ya la cuadratura del circulo se produce cuando las gestoras enfermeras, además de conocer y dominar las claves del liderazgo situacional son capaces de hacer un mix con el liderazgo transformador donde en cualquiera de las cuatro situaciones descritas anteriormente, incorporamos la consideración del individuo, su estimulo intelectual y profesional, generamos una imagen de estimulación idealizada, inspirando y motivando.

Este tiempo Covid nos está enseñando mucho a todos, también a identificar equipos de gestoras enfermeras, mal dirigidos, con mala orientación y valores, que hace tiempo se debieron hacer a un lado.

También es verdad, que este tiempo nos ha mostrado equipos gestores de primer nivel, capaces de hacer frente a esta situación con principios, escuchando a las personas y sus necesidades, empoderándolos y comprendiéndolos.