Si pensamos en cuales son los pasos a seguir para convertir a nuestra organización sanitaria, debemos contemplar una serie de pasos de estratégicos para conseguir de nuestra organización, centro de atención sanitaria o sociosanitaria, una organización competitiva. Estos pasos deben comenzar por:

Comprobación y evaluación de la organización.

Esto incluye el nivel estructural, como se divide el trabajo, como se organiza y coordina, como fluye la información, etc.

También es fundamental, el entendimiento de la cultura de la organizacional, como se producen las relaciones entre los distintos componentes de la organización.

Como es el estilo gerencial, como se toman las decisiones, como se prioriza etc.

A su vez, debemos contemplar cómo la organización se relaciona con el entorno, proveedores y grupos de influencia.

Resulta clave la relación con la innovación, cómo se producen los procesos innovadores, cómo se fomentan y organizan los mismos.

Las organizaciones sanitarias son consumidoras de tecnología por lo que este aspecto también será una de las claves de competitividad.

Estrategias alternativas

En este apartado se fija la atención en cómo se produce el desarrollo y evolución de las distintas organizaciones sanitarias, proveedores y grupos de interés, como es nuestra organización sensible a los distintos riesgos a los que se enfrenta y a las distintas situaciones, además de la capacidad de respuesta.

También en este apartado fijamos la atención en cómo conseguir un aumento de la eficiencia de los distintos procesos clave de la organización y cómo es el desempeño de cada uno de los miembros.

A su vez, hay que dar la debida importantica a la posibilidad de desinversión en líneas estratégicas, sus costes asociados y su repercusión en la población, comparando siempre este impacto con los beneficios potenciales de las alternativas.

Ventajas competitivas. Se trata de aquellas características que la empresa esta en posición de desarrollar para obtener una posición de ventaja con respecto a otras organizaciones del sector. Toda organización en su entorno competitivo, debe ser capaz de llevar a cabo sus actividades y además debe tratar de hacerlo mejor que el resto de las organizaciones.

La ventaja puede estar fundamentada en la posesión de recursos o competencias clave por parte de las personas que componen la organización, poseer soportes técnicos mejores que los de la competencia, una cultura organizacional diferente que le hace trabajar de forma mejor y diferente, hasta incluso la capacidad de liderazgo.

 

En esta línea son posibles las estrategias combinadas en las que el crecimiento y sostenibilidad de la organización a largo plazo puede verse favorecida por este tipo de actuación estratégica.

Competencias estratégicas

El nivel competencial de los integrantes de la organización es uno de los aspectos clave a la hora de fijar la estrategia, así como sus alternativas. Esto es relevante por la capacidad de interacción, coordinación, por como es posible comprender el discurrir de la organización y vislumbrar el mejor camino.

El nivel competencial facilita la capacidad de asignación de los recursos, además de la organización, división y establecimiento de las líneas de trabajo.

La capacidad para monitorizar y comprender los datos, comparando los resultados con el patrón ideal a seguir por la organización.

Es clave en este tiempo la capacidad para crear procesos en red. Estos procesos deben ser tanto a nivel de personas, como de equipos y por supuesto de organización.

Igualmente, se debe considerar como es el comportamiento de la organización a los distintos estímulos externos, cómo reacciona, cómo motiva a la acción a las personas implicadas, y cómo favorece el desarrollo de los integrantes de la organización.

Cada una de las acciones produce costes, fundamental es la capacidad para contemplar la eficiencia en costes, si la estrategia producirá economías de escala, la repercusión sobre los costes de aprovisionamiento, almacenaje, costes de reposición, de diseño de procesos, etc.