Es posible que una organización pueda cambiar de cultura, como puede ser la situación que se da cuando cambia la alta dirección del centro sanitario.

En función de como sea el estilo de gestión con respecto al equipo entrante o saliente, va a generar que los profesionales tengan mejor o peor adaptación a la cultura.

Cuando las culturas están basadas en el poder de persona, los integrantes de la organización tendrán mayor dificultad para la adaptación y tenderán a percibir poca necesidad de implicarse en la toma de decisiones, con las repercusiones que eso tiene.

 

Además, el personal de estas organizaciones, tienen dificultad para distinguir lo rutinario de lo operativo, dado que las decisiones se comunican de manera verbal y directa.

En una cultura de poder la toma de decisiones, como venimos diciendo, se realiza de manera verbal.

Existe poca adhesión a políticas establecidas, debido a que la relación entre la alta dirección y los profesionales están basados en el contacto personal y la influencia social, que determinará como se hacen las cosas en la organización.

Las personas que toma las decisiones suelen hacerlo en base a sus propias redes de influencia y sus propios canales de información, más que todo aquello que fluye de la propia organización.

En las culturas de persona, los profesionales sanitarios necesitan apoyo de sus grupos de referencia, además de soporte de otros departamentos y servicios.

Los profesionales tienen dificultad para distinguir la diferencia entre cuales son funciones da desarrollar de manera individual y cuales de ellas deben realizar por su influencia y relación con el aspecto corporativo, donde suele bajar el rendimiento productivo. Esto es así dado que los profesionales, tienen altos niveles de autonomía e independencia en el trabajo, teniendo dificultad para sumar al resto de la organización. Estos profesionales utilizan las redes para diseminar la información con respecto a su actividad y sus intereses con profesionales afines, tendiendo a dejar al margen a otro tipo de profesionales.

Si tendemos a fijarnos en otro tipo de cultura como aquellas basadas en el puesto vemos, que estas son más receptivas a la toma de decisiones y comunicación colaborativa entre las distintas personas. Una cultura de este estilo, suele requerir altas dosis de confidencialidad entre las relaciones que se establecen por las distintas personas o equipos de trabajo.

La organización proporciona estrategias que guían a los profesionales al establecimiento de estas relaciones, se estandarizan las vías de comunicación, de producción de feedback y todas aquellas actividades específicas que son necesarias.

El consenso y la producción de toma de decisiones y su comunicación suele hacerse por parte de la alta dirección, siempre por escrito.

Las culturas basadas en la tarea, requiere el establecimiento de puentes que favorezcan que los profesionales sanitarios de las distintas unidades trabajen cerca y sin trabas a su colaboración, estableciendo impulsores y mecanismos proactivos para la obtención de apoyos. La toma de decisiones en estos entornos suele hacerse en consenso y es necesario que la alta dirección mantenga una relación estrecha con los miembros de las distintas unidades.

En estructuras como las sanitarias, los profesionales deben estar preparados para cambios tecnológicos y de los sistemas de información, para facilitar la adaptación en la prestación de servicios. 

En estos entornos, suelen utilizarse de manera activa las redes sociales como medio para compartir y trasmitir la información, así como los distintos procesos y procedimientos que se utilizan. Es clave precisar, que no existen procedimientos estandarizados para el trabajo de cada profesional, dado que la mayor parte de las actividades son de carácter individual y que requieren de variaciones de un procedimiento a otro.

Por último, debemos atender a la cultura de mercado, que, si bien pudiera parecer alejada del entorno sanitario, por el contrario, debe ser vista como de posicionamiento en entornos sociales concretos y diferentes de otros. Así, comprender el entorno social al que se dirigirá la actuación profesional, hará que la organización aumente su ventaja competitiva y su rendimiento con respecto a otro tipo de organizaciones.

Las personas de este tipo de organizaciones tienen establecer procedimientos adaptados a cada uno de estos grupos sociales, ya que les otorgará beneficios en la eficiencia. Por lo general, se tiende también a la rigurosidad en el seguimiento de como se realizan los procesos y como se realiza la gestión de la información respecto a los resultados en salud.