Antes de comenzar a implantar la gestión por procesos en una organización sanitaria, se debe tener en cuenta una serie de principios que orienten a la organización hacia la calidad total y la mejora continua:

 

Satisfacción del cliente

Cualquiera de las actividades que son llevadas a cabo en una organización sanitaria deben estar orientadas por un lado a los pacientes y también a todos los proveedores de servicios y grupos de interés. Para ello es preciso establecer principios de comunicación bidireccional que permita conocer todas las alternativas válidas para diseñar los procesos centrados en la satisfacción de todos los stakeholders.

Seguimiento de la actividad y control

Cada uno de los procesos debe poseer un responsable del mismo. Este responsable será el encargado de asegurar el cumplimiento de los objetivos del mismo.

Los procesos de planificación deben estar configurados según la metodología PDCA: planificar, implantar, revisar y mejorar. Esta metodología es la que mejor representa la mejora continua.

Los indicadores son los que nos dan la clave del grado de cumplimiento y consecución de los objetivos. Por tanto, los indicadores deben ser lo suficientemente representativos del proceso.

Sin la evaluación no es posible conocer el grado de cumplimiento de los objetivos. Por ello, es necesario que todas las actividades que se vayan realizando sean documentadas, en base a los indicadores de proceso.

No es suficiente con una revisión puntual que evalúe el proceso, por el contrario, los procesos deben ser evaluados de manera periódica en cada una de las etapas.

Visión y Misión

Toda organización sanitaria debe tener establecida y fijada la misión, visión, así como los objetivos de la misma, esta debe ser coherente con las actividades que se realizan.

 

Además, incorporar la misión y la visión nos ayudará a mejorar la competitividad de la organización optimizando los recursos destinados a cada actividad.

También la misión y la visión permite a la organización orientarse al cambio y potencialmente con mayor capacidad para realizar estos cambios.

Gestión basada en resultados

La gestión centrada en procesos debe estar constituida en torno a una serie de instrumentos que permitan recoger información. Esta información sirve de apoyo a la dirección para realizar una toma de decisiones centrada en la mejora continua.

Satisfacción de las personas de la organización

Los procesos hacen que las personas adquieran habilidades que le permitan llevar a cabo cada una de las actividades. Es más, la gestión por procesos facilita la mejora de la comunicación en la organización, el trabajo en equipo y la participación de las personas y los distintos equipos en las mejoras necesarias. También mejora la optimización de los esfuerzos necesarios para la realización de las actividades. Esto facilita la ejecución de las mismas, consiguiendo una realización más uniforme y homogénea disminuyendo la variabilidad.