Peter Drucker dio que dirigir significaba llevar a cabo tres funciones: dirigir la empresa, dirigir el equipo y dirigir a las personas de la organización. Es sencillo observar que cada una de ellas se refiere a una dimensión distinta del entramado del negocio y dentro de ellas existe además una visión presente y una visión futura. Así pues, con una visión conjunta dirigir es lograr cambiar la conducta de todos los componentes de la organización para dirigirla hacia una serie de objetivos, para la consecución de la visión de la organización.

Es fundamental considerar que dirigir conlleva una parte importante de dirigir personas, es decir, es una labor de hacer confluir todas las voluntades y actividades de las personas. La dirección debe contener una parte importante de dedicación a las personas que componen la organización, más allá de la realización de acciones técnicas dirigidas a la pura obtención de un producto o servicio. Así pues, dirigir es guiar las acciones de un conjunto de personas, coordinar actividades diferentes para sumar valor al servicio prestado, aglutinar los distintos intereses, opiniones y visiones, atraer tanto al talento interno para ponerlo al servicio de la organización como atraer a los clientes objetivo del resultado de nuestra actividad. Dirigir es poner en marcha de manera coordinada un conjunto de procesos para obtener unos resultados y la consecución de unos objetivos.

El equipo directivo es el responsable del funcionamiento global de la organización y que cada uno de los departamentos actúe de manera coordinada para conseguir los objetivos planteados y realizar la misión para la que se creó la organización. Fayol diría que dirigir era organizar, mandar, controlar y coordinar. La función directiva debe estar presente en todo tipo de organizaciones grandes y pequeñas, así como públicas o privadas y en todos los sectores de la actividad. La función directiva debe estar presente en los distintos grupos de trabajo en los que se descompone una organización.

El equipo directivo es el conjunto de personas que tiene la responsabilidad de orientar la realización de las diferentes actividades que se llevan a cabo, y por tanto serán los responsables de que estas actividades, se lleven a cabo de manera eficiente. Tanto el directivo como el equipo directivo deben estar en constante evolución por lo que sus funciones deberán ir cambiando conforme lo haga la organización en su conjunto. Los conocimientos y habilidades del equipo directivo, igualmente deben evolucionar conforme lo haga la organización. En cuanto a las responsabilidades, estas irán acorde al lugar del organigrama en la que se sitúe cada uno de los directivos. Es fundamental para el buen funcionamiento de la organización que cada uno de los directivos tenga de manera clara establecida su área de responsabilidad y sus atribuciones.

Por otra parte, debemos considerar que, con cada acción directiva, este espera una conducta por parte de las personas o equipos a los que se dirige la orden. Esto nos hace pensar que, las ordenes emitidas por el directivo debe ser lo suficientemente clara como para que los destinatarios de dicha orden, puedan realizar el mandato y obtener el objetivo pretendido. En este contexto, estamos dando por hecho que cualquier acción empresarial contiene la alternancia de dos hechos: mandar y obedecer. La clave reside en como se emite las ordenes para que el resultado sea lo más acorde posible con la pretensión. El concepto de mandar y obedecer obliga un alto grado de madurez emocional, tanto para el que emite la orden como para el que la recibe. El que emite una orden desde un equipo directivo debe asumir, que tal orden no debe anular la voluntad del que la recibe, y debe dejar un cierto margen para que el que la recibe, pueda adaptarlo a las características personales que posee para ejecutarla con la mayor eficacia posible.

Finalmente debemos asumir que dirigir es servir al conjunto de voluntades de la organización, buscando la confluencia de los distintos intereses de las personas que conforman la organización, que estas personas puedan ir también incorporando de forma flexible distintas características que finalmente conformarán el producto o servicio final.
Un directivo más allá de su voluntad individual debe desear la unidad y coordinación de las personas, debe querer lo mejor para cada una de esas personas que integra la organización, al mismo nivel que su deseo por alcanzar los objetivos organizacionales. Este camino directivo, es largo, complicado, pero altamente importante para la consecución de los objetivos que cubre la organización.

El directivo sanitario en este contexto es pues responsable de la satisfacción laboral de cada uno de los miembros de la organización sanitaria, como de la satisfacción de cada una de las personas que recibe el producto sanitario.