Desde el punto de vista económico, la asistencia sanitaria se ha realizado sin tener en cuenta los niveles de gasto durante muchos años. Y esto ha sido así porque la salud ha sido considerada como un bien público puro y universal, y bajo esta consideración, valorar los niveles de gasto era considerado secundario al mantenimiento y recuperación de la salud. Las decisiones sobre las inversiones económicas en recursos materiales, las decisiones asistenciales, etc., eran consideradas al margen de los capítulos de gasto entendiendo que, la evaluación económica no podía interferir en cualquier consideración que repercutiera en la salud de la población en si misma.

Sin embargo, en los últimos años, la escasez de financiación ha hecho que considerar el gasto en salud cobre una enorme importancia. Las administraciones sanitarias, realizan mayores o menores presiones para que se adopten decisiones en materia sanitaria costeo eficiente y sostenibles.

En el centro del debate se ha colocado la contención del gasto lo que pone en el centro de las decisiones sanitarias, la manera en la que los profesionales realizan su labor, del mismo modo que se vigila como se emplean los recursos sanitarios, lo que obliga a los profesionales, por un lado, a realizar prácticas orientadas a garantizar la calidad total en la asistencia y por otro lado, a la responsabilización en el gasto.

Y esto ha sido así por:

  • El crecimiento del gasto.
  • El sostenimiento de la salud universal.
  • La obligación que mantienen las organizaciones sanitarias de ser eficiencias.
  • La conciencia de gasto sostenible y su relación con la satisfacción de las necesidades básicas.
  • Las políticas de gasto sostenibles.

Como no podía ser de otra forma, la consideración económica en salud ha generado numerosos conflictos y debates que han situado el gasto sanitario en el centro del debate por dos razones.

La medicalización de la sociedad

La medicalización de la sociedad. Que viene a orientarse en torno a que el conocimiento de la profesión médica se sitúa en un nivel de importancia por encima de los niveles de beneficio que genera, o sea, un exceso de poder no justificado. Entre las causas podemos encontrar:

  • La cesión de la salud como competencia médica exclusiva frente al resto de los profesionales.
  • La consideración de un modelo médico paternalista.
  • Las actuaciones médicas sobrepasan las necesarias y convenientes.
  • El gasto sanitario crece por encima de los beneficios en salud.
  • La confusión entre el concepto de salud y el gasto asistencial.
  • La atribución al conocimiento médico un valor superior al conocimiento de otros profesionales sanitarios.

El economicismo de la asistencia sanitaria

El economicismo de la asistencia sanitaria. Este concepto está referido a la necesidad de realizar una toma de decisiones teniendo en cuenta los términos y los apartados económicos. Esto implica que desde el ámbito de la salud se deben conocer las distintas vertientes económicas, las relaciones entre estas variables y como repercuten en la salud.