Al igual que todas las personas poseemos nuestros propios rasgos de identidad, respecto a los equipos enfermeros podemos hablar en el mismo sentido. La identidad de los equipos se compone de elementos conocidos por todos los miembros. Además, estos rasgos son compartidos por todos los miembros, y estos están incluidos dentro del propio concepto de cultura de la organización.
Así pues, identidad y cultura mantienen una intima relación ya que se forman dentro del mismo proceso de construcción de los equipos y estructuras organizacionales. Cuando externamente observamos la organización igualmente podemos observar este detalle y además debemos incluirlos dentro de un mismo dominio de observación a la hora de analizar la cultura de la organización.
Sin embargo, y a pesar de ser contemplados dentro del mismo dominio de estructura cultural, entre ambos conceptos debemos conocer que existen diferencias:
- La condición para estar presente, por parte de la identidad, su razón de existencia es autosuficiente para estar en cualquier grupo o estructura de la organización.
- La identidad se forma en el interior no siendo el resultado del flujo de información con el entorno que le rodea.
- La identidad debe ser analizada, no es observable. Por su parte la cultura es observable y tiene capacidad de ser aprendida de manera externa.
- La cultura es flexible, adaptable y tiene capacidad de evolucionar con el paso del tiempo, en función del aumento del conocimiento de los miembros del grupo. Por su parte la identidad, va más allá del tiempo se forma con los rasgos y características de cada uno de los miembros, siendo menos moldeables y más permanente a lo largo del tiempo.
- La cultura tiene capacidad para ser entendida e imitada por otros. Por su parte, la identidad existe con independencia de que sea entendida y comprendida.
- La cultura podemos ubicarla en el dominio de las capacidades del equipo. Por el contrario, la identidad es un concepto abstracto que pertenece al enfoque con el que se analiza la organización.
