Cuando estamos hablando de cultura de la organización, es fácil intuir que no hay un único tipo de cultura de la organización, ni tienen las mismas características, aunque si que podemos establecer nexos en común, no olvidemos que una organización sanitaria es un sistema abierto y como tal se comporta.

Podemos decir que hay cinco tipos básicos de culturas de la organización: las basadas en el poder, las basadas en el puesto o función, las basadas en la actividad que se realiza, las que están centradas en los tipos de personas que integran la organización, y las del sector al que pertenecen, en nuestro caso el sanitario.

En este punto, no hay que olvidar algo ya mencionado como es que dentro de una misma organización existen distintas subculturas que pueden coexistir.

Las culturas basadas en el poder

Son aquellas protagonizadas por personas con fuerte carisma y personalidad. La organización tiende a confiar en este tipo de personas que, además, se encuentran cerca del núcleo de autoridad. Las personas integrantes de la organización, se sienten identificados con estas personas para las que trabajan, no tomándose decisiones por adhesión a procedimientos, sino por asociación a estas personas. Es más, en la forma en la que se establecen las redes de contactos entre ellos, está la clave de como se hacen las cosas dentro de la organización.

 

Culturas basadas en las funciones

Son organizaciones en los que las distintas unidades están claramente divididas, sobretodo en lo que hacen, en sus actividades y procesos. Suelen ser organizaciones donde la actividad está regulada normativamente ya sea por rango administrativo o políticas. La organización tiene unas líneas jerárquicas muy establecidas y alineadas con los distintos propósitos, con inclinación a la función que se realiza en esa área determinada. Son, por tanto, organizaciones con los puestos de trabajo muy bien definidos, lo que sin duda ayuda al fin de la organización. Esto también obedece a que son organizaciones donde se valora de manera importante la vocación por la calidad y por la eficiencia en la ejecución de los procesos de trabajo.

Cultura basada en la actividad

Este tipo de organizaciones se caracterizan por estar conformadas por equipos de trabajo que realizan sus actividades de manera independiente. Las decisiones se toman desde dentro de los equipos de trabajo, siendo las líneas de autoridad central las que realizan funciones de organización y coordinación, además del diseño de las líneas estratégicas. Son un tipo de organizaciones que reaccionan rápidamente a los cambios, se centran en los resultados y en el diseño de procesos de innovación. Las personas de estas organizaciones son apreciadas por su alto nivel competencial y de conocimientos.

 

Culturas centradas en la persona

Son organizaciones que su existencia reside en el grupo de personas que la integran. Las habilidades y conocimientos de estos, son la parte central y más importante de la organización. Estructuralmente, este tipo de organizaciones no obedecen a organigramas burocráticos siendo formas organizativas más aplanadas las que predominan. Las personas se comportan de manera individualista, centrados en la libertad de acción y en los procesos de innovación. No les dan importancia a los procesos administrativos, siendo consideradas como una carga residual menos importante que otro tipo de procesos.

Culturas propias del sector

Son organizaciones con un alto perfil competitivo, pendientes del entrono al que responden con rapidez a los cambios que se producen en el. El ambiente interno es considerado secundario y subsidiario de todo lo que sucede en su alrededor. Las personas de estas organizaciones están enfocadas a los resultados y mantienen siempre presente los objetivos y metas diseñados.

Para la organización es clave la consecución de estas metas y por tanto, orienta a todos sus miembros en esto, de manera que el logro de los resultados es más importante que los procedimientos a seguir para conseguirlos.